La correa, junto con el collar, es una herramienta imprescindible para sacar al perro a pasear o hacer sus necesidades. Pero ¿cómo elegir el más adecuado entre los muchos disponibles? Esta pequeña guía te ayudará a entender algo.

La correa, junto con el collar, es una herramienta imprescindible para sacar al perro a pasear o hacer sus necesidades. 

Sin embargo, no es fácil elegir el más adecuado entre los muchos disponibles. Sólo considerando los materiales nos encontramos ante una amplia elección: nailon, cuerda, cadena, cuero, ... Sin olvidar las tallas: corto, largo, extensible y extensible. ¿Cómo elegir el más adecuado para nuestro perro?

¿De qué material?

Mucho depende de la edad y el tamaño del perro. Los cachorros y perros pequeños se pueden mantener de forma segura con una correa suave hecha de cuerda, tela o cadena ligera. Es mejor mantener a los perros más grandes con correas resistentes que no se rompan fácilmente y que no resulten peligrosas para quienes los manipulan. Los de nailon, por ejemplo, pueden doler si los agarras de repente con las manos desnudas cuando están bajo tensión máxima.

Luego debemos considerar la practicidad (el nailon, por ejemplo, permite rebobinar la correa con un volumen mínimo cuando no está en uso) y la manejabilidad (el cuero permite un agarre más seguro por parte del guía, mientras que el nailon, por otro lado, puede llevar a no sujetar correctamente la correa). correa, con la mano insertada completamente en el mango y la palma agarrando el extremo emergente).

¿Qué talla?

La longitud mínima ideal de una correa es de 120 cm, ya que permite al guía transportar incluso perros pequeños o cachorros sin tener que agacharse y les da a los perros un buen margen de movimiento. Con animales que tienen mayor altura a la cruz también se pueden utilizar correas más cortas, pero son menos prácticas, sobre todo si es la única correa que tienes.

De hecho, lo ideal sería tener al menos dos correas. Un extra de seguridad por si alguno se avería de repente, en el momento menos oportuno. Y luego nos permitirían tener correas de distintos tamaños, dependiendo del objetivo del paseo con nuestro perro.

Alternativamente puedes optar por correas de tamaño variable. De hecho, existen

Correas extensibles: fabricadas en nailon o cuero, es una correa equipada con dos mosquetones y dos o tres anillas metálicas que sirven para sujetar el segundo mosquetón para que aumente la longitud máxima. Se utilizan principalmente en el adiestramiento, pero podría ser una excelente alternativa tener en una sola correa la herramienta más adecuada al propósito del paseo con nuestro perro o las circunstancias en las que nos podamos encontrar con él.

Correas extensibles: fabricadas en cuerda o nailon, están equipadas con un dispositivo de resorte que rebobina automáticamente la correa hasta diez metros de longitud, dependiendo del tipo y tamaño del perro al que está destinada. Permiten que el perro se mueva con mucha libertad estirándose cuando el perro se aleja del dueño o retrocediendo cuando se acerca. Y se puede bloquear en longitudes fijas en cualquier momento, según sea necesario. Sin embargo, no se recomiendan como única correa para las salidas diarias. Mientras tanto, existe una Ordenanza de 3 de marzo de 2009 del Ministerio de Trabajo, Sanidad y Políticas Sociales, de 3 de marzo de 2009, que fija en 1,50 metros la longitud máxima de la correa aceptada en lugares públicos. Por lo tanto, ya no es posible utilizar correas que puedan ampliarse a tamaños superiores a estos. Aunque la herramienta más eficaz en este sentido sigue siendo entrenar al perro en las órdenes "quédate" y "ven", que en tales situaciones le permitirían quedar completamente libre, sin riesgos para él y con la seguridad de poder bloquearlas o retirarlas en cualquier momento. el momento adecuado.

Mantenimiento ante todo

Sea cual sea el material, longitud o número de correas que decidas adquirir, recuerda comprobar siempre la perfecta integridad de los mosquetones, anillas y puntos de unión. Y si algo falla, no dudes en sustituirlo antes de que se estropee en el momento más inoportuno.