Il tuo cane è inappetente?

¿Tu perro no tiene apetito?

Adelchi Rainone

Hay dos tipos de perros, los que pasan hambre constantemente, que se abalanzan hasta sobre una migaja como si llevaran semanas en ayunas, y los que no tienen apetito.
El perro más natural es el primero porque, a pesar de haberse vuelto oportunista, sigue siendo un depredador, y un depredador siempre tiene hambre, ya que, en la naturaleza, los atracones siguen a períodos de ayuno forzado, incluso bastante prolongado. El depredador, al igual que el cánido, cree que está lleno cuando su vientre toca el suelo y en cualquier caso al poco tiempo pensaría que quizás todavía queda algo... De ello se deduce que un perro alimentado con la ración adecuada de alimento, es decir, la cantidad necesaria para vivir sano y en forma según sus necesidades, ¡nunca estará satisfecho!

Entonces, ¿qué hace que el perro tenga falta de apetito?
Exceptuando los casos en los que existan problemas físicos reales, la responsabilidad deberá atribuirse al propietario. Si el animal empieza a no comer, es imprescindible consultar primero al veterinario, quien realizará todas las pruebas y controles necesarios para descartar patologías, parásitos intestinales…
Una vez hecho esto, sin embargo, si el animal no presenta verdaderas patologías o problemas, habrá que recurrir a una terapia conductual que consiste en "o te comes esta sopa o saltas por la ventana".

Pero, ¿cómo hacemos que nuestros amigos pierdan el apetito? Seguramente hacerlo llevar un estilo de vida sedentario, convertirlo en un perro de sofá, no estimulará su apetito y si a esto le sumamos algunos vicios de más seguramente nunca saldremos de él.
Otra forma es "variar la dieta", un día croquetas, un día comida casera, un día croquetas, pero de otro tipo, etcétera. Después de aproximadamente un mes de jugar a este jueguito, es casi seguro que nuestro fiel amigo comenzará a tener cada vez más exigencias y rechazará cualquier comida que no le parezca nueva, apetecible o interesante.

El problema es muy similar al de los humanos.
Al no comer, el estómago se encoge, la sensación de hambre disminuye y esto hace que cada vez sea más fácil rechazar la comida.

Si todo empieza como un capricho, a la larga el perro no come porque no tiene hambre (esto no es natural).

Esto genera ansiedad en los dueños que empiezan a probar cualquier cosa para darle de comer: bocados deliciosos, refinamientos gastronómicos de todo tipo, menús cada vez más variados, y en el peor de los casos acaban incluso dándoles de comer, lo que evidentemente les gusta mucho porque les garantiza atención continua y mimos interminables.


Entonces, ¿cómo salimos de este bucle que genera ansiedad al dueño y que ciertamente no es bueno para nuestro amigo?
Como se mencionó antes, el primer paso es acudir al veterinario, quien, si es necesario, le proporcionará una dieta específica.
Si nuestro amigo resulta estar totalmente sano, sólo hay una solución: LÍNEA DURA (por su propio bien).

El perro es un animal de hábitos, al igual que su sistema digestivo. El perro es predominantemente carnívoro y come otro tipo de alimentos, pero en la naturaleza siempre los come sólo por depredación: cuando come un animal muerto, de hecho, también come el contenido de su estómago e intestinos. Si la presa es herbívora, y muy a menudo lo es, el perro come "filete y ensalada". Pero él sólo come esto todos los días de su vida.
De ello se deduce que la variedad no sólo no es una prioridad, sino que ni siquiera es buena para él porque desde un punto de vista enzimático el sistema digestivo está "programado" para asimilar sustancias muy específicas. Evidentemente no todas las razas están programadas para tomar las mismas sustancias. En general, sería aconsejable elegir una dieta libre de cereales pobres como el maíz, pero enriquecida con verduras.
Tiene sentido elegir alimentos específicos en función de la edad de nuestro amigo, por ejemplo pienso para cachorros y senior, y del tamaño de la croqueta, sobre todo si nuestro perro es muy voraz. Por ejemplo, las croquetas grandes son buenas no sólo para perros grandes, sino para todos aquellos con riesgo de dilatación/torsión de estómago porque evitan que el perro se dé atracones, aportando cierta prevención frente a esta patología.
Una vez establecido que el perro no tiene patologías, una vez establecida la dieta solo queda hacerle comer. El dueño debe dejar el plato con la comida, espera 15 minutos (NO ESPERADO) y luego retire el recipiente. Si el perro tiene hambre comerá inmediatamente. Si no tiene hambre vendrá a la siguiente comida. Y si todavía es quisquilloso, lo recibirá al día siguiente.

Cuanto antes empieces a hacerle entender al perro esta antífona, mejor. Hay que tener en cuenta que este método siempre funciona pero ceder aunque sea una vez supondrá empezar de nuevo.

Si se obliga al perro a respetar la nueva norma, normalmente empezará a comer regularmente en 2/3 días, pero si no ayuna entre una comida olvidada y otra, puede tardar hasta tres semanas. Durante este proceso el perro también podrá perder peso pero una vez pasado el primer momento, cuando el perro vuelva a comer, recuperará con interés el peso perdido. Hay que tener en cuenta que no existe un solo caso en el mundo de que un perro muera de hambre mientras tenía comida disponible.